Asimismo, las instituciones de la memoria como archivos, museos y bibliotecas, observa Carreras, ven ampliadas sus posibilidades con la revolución digital y también diluyen las diferencias entre estos distintos tipos de instituciones. Permiten la interacción a distancia o presencial con el visitante, proporcionan acceso a todas las colecciones a través de bases de datos en línea. Sin embargo, es preciso reforzar las normas y dispositivos de seguridad que garanticen la autenticidad de la información y de las obras expuestas en la red.
Para concluir, el uso de las nuevas tecnologías exige desarrollar nuevos perfiles profesionales híbridos que combinen conocimientos y especialidades que anteriormente estaban separados: conocimientos informáticos, community manager, profesionales en patrimonio, historiadores del arte, curadores on line, aspectos pedagógicos, entre otros.
La gestión y conservación de toda la memoria cultural antes que se pierda, aprovechando la tecnología tanto para su almacenamiento y administración como para su difusión a cualquier ciudadano, es una prioridad, advierte Carreras. Para ello, es necesaria una colaboración estrecha a nivel local, nacional e internacional.
Asimismo, hoy se plantean nuevos temas de discusión sobre cómo los nuevos formatos digitales de la presentación de la cultura (modelos 3D, mapas interactivos, navegación por satélite), pueden afectar el modo de transmitir la cultura (educación), el tiempo de ocio (turismo) e incluso la autenticidad, comercialización y aspectos legales.
El conocimiento del nuevo lenguaje llamado hipermedia, es un imperativo. Éste reúne distintos formatos que se trataban independientemente (audio, video, texto, imagen) y les otorga unidad, así como una forma de expresión y creatividad distinta. Este nuevo lenguaje modifica los roles del creador y el espectador; este último, con una función más participante, activa. No cabe duda que la realidad virtual (entornos virtuales tridimensionales interactivos), significa una verdadera revolución en las tareas de difusión, comunicación e investigación del patrimonio. No sólo permite recuperar antiguos paisajes y obras arquitectónicas perdidas, sino generar espacios explicativos para objetos, personas y culturas que hasta el momento apenas se podían representar.
Tenemos, pues, que la incorporación y el aprendizaje de las nuevas tecnologías (formatos digitales, realidad virtual, entre otros) en el campo del patrimonio cultural resulta ahora necesario. Desconocer su potencial –por cuestiones económicas, “mitos” o temores- sería un retroceso imperdonable. Igualmente, los profesionales del patrimonio necesitan capacitarse de inmediato en el campo informático y en las nuevas tecnologías para alcanzar así el mejor resultado de sus usos y aplicaciones. Con todo, la formación crítica y cultural de su quehacer, seguirá siendo indispensable.
Bibliografía
CARRERAS MONFORT, César (s/f). Patrimonio digital: bits de cultura. Recuperado el 08 de abril de 2008 en: http://oliba.uoc.edu/images/stories/documents/publicacions/Patrimonio_digital.pdf
CELAYA, José (2008). Políticas de comunicación en los espacios culturales. En PH Cuadernos de Patrimonio cultural y medios de comunicación, pp. 12 – 19. Recuperado el 08 de abril de 2008 en:
http://www.comunicacion-cultural.com/archivos/politicas%20comunicacion%20en%20entidades%20culturales.pdf
MUNILLA, Gloria y César CARRERAS (2002) Tecnologías de la Información y la Comunicación, Museos y Patrimonio. Grupo ÓLIBA. Recuperado el 08 de abril de 2008 en: http://oliba.uoc.edu/images/stories/documents/publicacions/2003_rdm.pdf
MORENO, Isidro (2007). “El Museo Interactivo. Tecnología invisible y diálogos ininterrumpidos”. En: SCHULTZ, Margarita. El factor humano de la cibercultura. Buenos Aires: Alfagrama.
VELEZ JAHN, Gonzalo (1999). “MUSEOS VIRTUALES- Presente y Futuro”. Primera conferencia venezolana sobre aplicación de computadoras en arquitectura FAU-UCV, 145 – 152 pp. Recuperado el 24 de mayo de 2008 en: cumincades.scix.net/data/works/att/6132.content.pdf