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Renovando un museo con mucho potencial: el Museo de sitio de Narihualá (Piura)

El Museo de sitio de Narihualá, se ubica en el caserío homónimo, a pocos kilómetros de la ciudad de Piura y de Catacaos, en un extremo de la huaca del mismo nombre. Se inauguró en 1997 y forma parte de los museos administrados por el Estado, a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Piura. El yacimiento arqueológico permanece a la espera de nuevas campañas de excavación que iluminen el conocimiento sobre la población tallán que lo erigió, aparentemente, con fines ceremoniales y administrativos. Es así que desde la década de los noventa, el sitio no ha sido intervenido científicamente, habiéndose realizado en la última década, un techado en ciertos sectores a fin de preservar su integridad, frente a las lluvias estacionales, pero sobretodo, al fenómeno de El Niño.

El museo, por su parte, fue edificado en los noventa y, desde entonces, no se había realizado ninguna renovación museográfica. Se alberga en un edificio de planta rectangular, organizado en tres salas y construido con la técnica local, en quincha. Ya centrándonos en la renovación museográfica que efectuamos a fines del año pasado, esta, debido a diferentes razones (entre ellas, las presupuestarias), no incluyó alteraciones importantes en la arquitectura. Por el contrario, conservando sin mayores cambios el continente, nos centramos en un nuevo planteamiento temático para presentar la pequeña colección que resguarda y que, en su mayoría, supone objetos descontextualizados.

El guion, trabajado con el historiador Pável Elías, presenta siete temas: “Bienvenida”, “Entorno geográfico”, “Nuestros antepasados: Tallanes y otros gobiernos en Narihualá”, “Los pioneros en el estudio” (estos dos últimos puntos enfocados en lo arqueológico, tomando en cuenta aspectos organizativos de los tallanes, la huaca misma y su necesidad de protección, así como los investigadores centrales que han abordado su estudio); “Actores del período virreinal”; “Con el arte en las venas” (sala etnográfica en donde se abordan algunas producciones de arte popular de la zona como los objetos en paja toquilla, donde destacan los sombreros; la producción de cerámica utilitaria en Simbilá y que se requiere para la preparación de alimentos y bebidas como la chicha; y, la tradición de los mates); y, finalmente, “Narihualá hoy”, espacio breve donde la población actual se refleja en sus principales celebraciones como la “Bajada de reyes” y la “Fiesta de la Virgen de la Inmaculada Concepción”. De esta manera, hacemos un repaso en larga duración del espacio, buscando así que el visitante conecte el sitio arqueológico con la población que lo circunda y que vive aun plenamente sus tradiciones. En el cierre del recorrido, se ha colocado un libro de visitantes que puede ser una rica herramienta para conocer sus percepciones e imaginarios y así atender sus necesidades de mejor manera.

La huaca de Narihualá y su museo, pocos meses después de la intervención, ante la emergencia que se vivió en Piura por el desborde del río del mismo nombre, se convirtió en un refugio para muchas familias, situación que fue manejada por la oficina descentralizada de la región. La huaca sufrió fundamentalmente por las fuertes precipitaciones pluviales, pero el museo no presenta importantes daños. Progresivamente recupera el flujo de visitantes que suele recibir (en marzo y abril solo se registran 62 y 40, mientras que en mayo ya vemos 315 según Geocultura), y que tendrían una visita aún más enriquecedora si se retoman los trabajos de investigación y puesta en valor de la huaca, así como si se elabora todo un programa de mediación cultural que permita fortalecer sus aprendizajes, en el cual la población local podría ser un actor y aliado fundamental.

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